Con gran pena grey católica de Chetumal se despide de Monseñor Jorge Bernal Vargas

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Por Álvaro Ortiz 

CHETUMAL, 12 de julio. – Con gran pena y dolor los feligreses católicos despidieron la tarde de este miércoles a Mons. Jorge Bernal Vargas, L.C. ofreciendo una Celebración Eucarística por su eterno descanso y dando gracias a Dios por el don de su vida y ministerio sacerdotal y Episcopal.

La celebración Eucarística de exequias tuvo lugar en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de Chetumal y fue presidida por Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas en comunión con su Presbiterio, diáconos, religiosos y todo el pueblo fiel de Dios en torno al altar de Dios.

Colocaron el féretro con los restos mortales del Legionario de Cristo en la entrada de la Catedral y los feligreses ocuparon también la calle frente a la iglesia y dieron inicio a la celebración mediante la colocación de las Insignias Episcopales sobre el féretro de Monseñor Jorge, con laa que recuerdan su dignidad como Pastor y siervo de Dios.

“Yo soy la Resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque este muerto, vivirá”, dijo en su homilía Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo Diocesano de Cancún-Chetumal.

“Queridos hermanos, un acontecimiento como éste, nos da tristeza pero al mismo tiempo una gran paz y confianza en el Señor”, dijo Elizondo Cárdenas al tiempo de agradecer el testimonio de Monseñor. Jorge Bernal por su entrega y dedicación a su vida y ministerio que edificó a todos, añadió.

Recordó su tiempo de estudiante en el sacerdocio cuando Bernal Vargas era rector y de quien no se puede ubicar en otro espacio más que como sacerdote pues poseyó una identidad sacerdotal intensa y el amor a Dios le acompañó en toda su vida.

Servicio y humildad fueron las enseñanzas y es su legado, esa condición le acarreó expresiones de amistad, compañerismo y hay muchos motivos para alegrarse de su fructífera vida y enseñanzas y felices están porque es seguro que tendrá una gran bienvenida en los brazos del Creador.

“Queridos hermanos sacerdotes que han venido algunos desde tan lejos a despedirse de Monseñor Jorge, les invito a agradecer el testimonio que nos ha dejado este hombre de Dios. Cada uno tiene en su corazón una vivencia, experiencia de él, en el servicio, la cercanía sacerdotal y en la entrega personal que les ha brindado”, refirió.

Fue un hombre consagrado, dedicado, amando y sirviendo a Dios; su sacerdocio anclado en Dios, buscó en todo momento agradar a Dios mediante la oración, la liturgia y en su servicio, mencionó.

Estaba en todo momento para servir a su pueblo encomendado, dispuesto y disponible para todos. “Por eso decimos que ha sido un siervo bueno y fiel”, agregó y abundó que fue un hombre que se  caracterizó por saber escuchar y aconsejar idóneamente por la sabiduría procedente de la luz del Espíritu Santo.

Fue un hombre que se ganó el cariño de todos porque él sabía amar a cada alma, de manera sobrenatural y universal. “Que Dios lo reciba en su Gloria. Dale Señor el eterno descanso y brille para él la luz perpetua. Que descanse en paz, así sea”, oraron al unísono.

Al finalizar la celebración Eucarística, los sacerdotes, religiosos y fieles laicos le dieron un último adiós con un largo aplauso y rostros con dolor.

El cuerpo de Monseñor estuvo expuesto durante el día del 12 de julio para continuar orando por su alma; después fue llevado al lugar donde descansará en la misma Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en Chetumal.

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