Por Hugo Alday Nieto
CHETUMAL, 13 de mayo. – Intervención del Diputado Hugo Alday Nieto, presidente de la Comisión de Justicia de la XVII Legislatura del Estado, en torno a la ONU y su posición con Palestina, durante la sesión Número 28 del Segundo Periodo Ordinario de Sesiones del Segundo Año de Ejercicio Constitucional.
Con el Permiso de la Mesa Directiva.
Saludo con respeto a las personas legisladoras que nos acompañan en este recinto.
Saludo igualmente a todas aquellas personas presentes en este Congreso, así como a quienes nos ven y escuchan en el entorno digital.
Agradezco también la presencia de los medios de información porque sin ellos, sería imposible llevar los avances de la transformación legislativa hasta las familias de Quintana Roo.
Parafraseando un poco a la obra literaria de la coautoría de José Saramago, Noam Chomsky, James Petras, Albert Piris, Edward Said, y Antoni Segura, editada y publicada en diversas versiones e idiomas por todo el mundo desde hace 22 años, esto es, desde año 2002, denominada “Palestina Existe”, es como quiero dar inicio a este posicionamiento y petición expresa a todas las personas legisladoras de esta XVII Legislatura.
El conflicto entre Palestina e Israel, con intervención de la comunidad internacional se remonta al final de la segunda Guerra Mundial, cuando Inglaterra decidió que Israel se establecería en el territorio perteneciente al pueblo palestino, como si se tratara de una porción de tierra desocupada o inhabitada; situación que en la especie no era así, ya que si nos adentramos un poco a la historia tan solo el territorio que hoy ocupa Gaza fue parte de las batallas entre persas y egipcios que culminó en la guerra del Pelusio donde el Rey Cambises II en el 525 AC conquistó Egipto por más de 200 años, hasta la rebelión gestada por Alejandro Magno de Macedonia, que liberó a los egipcios de la sumisión orquestada desde la enigmática Babilonia.
Sin embargo, toda la historia narrada o escrita se pasó por alto en 1948, cuando se impuso el estado de Israel sobre el territorio palestino, lo que generó la movilización y desocupación de ciudades enteras por parte de los palestinos desplazados por mandato de los aliados triunfadores de la guerra, hacia un pueblo que no tenía y sigue sin tener porqué pagar los platos rotos de la decisión administrativa de otros para beneficiar a Israel, violentando todos los derechos de los palestinos.
Para dar respuesta a los desplazados desde 1948, de acuerdo con Rafael Escudero Alday en su obra “Los palestinos y las amenazas a su seguridad” publicado en 2008, se creó la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente próximo, fin de coadyuvar con todos aquellos palestinos que permanecieron dentro del mismo territorio entregado a Israel, o de aquellos que se vieron obligados a huir hacia países cercanos.
Tan sólo en 2007, la Agencia tenía contabilizados a casi 5 millones de palestinos refugiados en Jordania, el Líbano, Siria y en territorios palestinos segregados. Cabe señalar que esa Agencia se obliga a indemnizar, así como a preparar las disposiciones que fuesen necesarias para proteger a los palestinos desplazados de acuerdo a la Resolución 194/1948, sin que esto haya podido aterrizarse en casi 80 años.
La situación del estado palestino se agravó después de suscribirse la Convención de Ginebra de 1949 por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, cuya finalidad es la de intervenir con ayuda humanitaria en favor de aquellas personas desplazadas, o afectadas por cualquier tipo de conflicto armado, para proteger a las personas que no participan en las hostilidades y obviamente tiene la obligación de salvaguardar a niñas y niños.
Porque, al existir la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente próximo de 1948, la ONU ha manifestado que los palestinos no son sujetos de protección de la Convención de Ginebra, dado que ya cuentan con un ente internacional de ayuda anterior. Insisto, lo que en la especia es un mero paliativo ineficaz a través de la Agencia mencionada.
Dicha interpretación por parte del Alto Comisionado de la ONU, impulsada y sostenida por los estados socios de Israel, encabezados por Estados Unidos, resulta violatorio en su totalidad con el concepto de seguridad humana, emanado del Informe sobre Desarrollo Humano de 1994 elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que establece que:
“Finalizada la guerra fría y remota la posibilidad de un enfrentamiento nuclear a escala planetaria, la seguridad simboliza ahora la preocupación de toda persona por circunstancias de su vida cotidiana: su trabajo, su desarrollo integral, en el acceso a los bienes básicos como la educación y la vivienda, el cumplimiento de los derechos humanos por parte de sus gobernantes o respecto del medio ambiente”.
Sin embargo, dos décadas después de este informe y del cambio de paradigma de seguridad nacional a seguridad humana, para ser exactos el 29 de noviembre de 2012, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que concedía a Palestina el estatus de Estado observador no miembro en las Naciones Unidas, con 138 votos a favor y nueve en contra y 41 abstenciones.
Y nuevamente, hace unos días en otra votación histórica en la ONU, 143 países de 193 miembros de esa, la máxima organización de política internacional del planeta, votaron a favor de considerar a Palestina a efecto de otorgarle más derechos que desde 1948 le habían sido negados.
Los derechos reconocidos la semana pasada al Estado de Palestina en la ONU, no le reconocen todavía la membresía como estado parte con todos los derechos y obligaciones, pero sí le dan un mayor peso diplomático a la representación de Palestina. Estos nuevos derechos son los siguientes:
- El derecho a ocupar un puesto entre los Estados,
- El derecho a inscribirse en la lista de oradores en relación con los puntos del orden del día distintos de las cuestiones de Palestina,
- El derecho a hacer declaraciones en nombre de un grupo,
- El derecho a presentar propuestas y enmiendas y a introducirlas, incluso oralmente,
- El derecho de los miembros de la delegación del Estado de Palestina a ser elegidos miembros de la Mesa del Pleno y de las Comisiones Principales de la Asamblea General, y
- El derecho a participar plena y efectivamente en las conferencias de las Naciones Unidas y en las conferencias y reuniones internacionales convocadas bajo los auspicios de la Asamblea General.
Hasta el día de la redacción de este posicionamiento, la ONU arroja datos alarmantes, con más de 25,000 civiles muertos, cerca de 70,000 heridos y casi 2 millones más, de personas desplazadas, solo dentro de Gaza. Esto, derivado de los ataques y bombardeos de Israel, que asemejan un sistema de “apartheid” segregando y eliminando al pueblo palestino como el que se vivió en Sudáfrica hace décadas.
Ante tales circunstancias, la comunidad internacional se ha manifestado como nunca en redes sociales llamando al apoyo a Palestina, millones de jóvenes y universitarios en todo el mundo han marchado, hecho pintas, y solicitado por todos los medios a sus gobiernos manifestarse cuanto antes, sin que gran parte de los gobernantes hayan atendido a estas súplicas en defensa de los derechos humanos.
Las universidades públicas y privadas de todo el mundo se están manifestando en tres sentidos principalmente:
- a) Lograr el cese inmediato de los ataques a Palestina por parte de Israel.
- b) Que los estados insistan en el reconocimiento inmediato de Palestina como miembro de la ONU con todos los derechos, y
- c) Que los estados miembros se sumen a la denuncia presentada por Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia con fundamento en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio en la Franja de Gaza.
En los próximos días los académicos y universitarios con consciencia y luchando por el respeto los derechos humanos se seguirán manifestando y han anunciado paros laborales, paros académicos, huelgas de hambre y manifestaciones masivas, tal como lo hicieron previamente en favor del pueblo español durante el franquismo; en favor de los chilenos cuando el golpe de estado orquestado desde la CIA y representado por el exdictador Pinochet; o desde 1959 con el pueblo hermano de Cuba ante el eterno embargo.
Y nosotros, como representantes de la sociedad por la voluntad popular no podemos quedarnos mirando como la sociedad y los universitarios se organizan sin nuestra participación política.
Es por ello que, quiero hacer públicamente la invitación a todas las personas legisladoras de este Congreso para preparar un exhorto a la comisión permanente del Senado de la República para de conformidad con sus atribuciones soliciten formalmente a la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores se sume a la petición de reconocimiento de Palestina como Estado miembro de la ONU con todos los derechos y suscriba la denuncia realizada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia.
No es momento de ser tibios.
Es momento de exigir y de actuar.
Porque como dijo en su momento el filósofo francés Jean Francois Revel:
“El club con más socios del mundo es el de los enemigos de los genocidios pasados. y sólo tiene el mismo número de miembros, el club de los amigos de los genocidios en curso”.
Y nosotros como representantes populares tenemos la responsabilidad histórica de dejar claro a cuál de estos pertenecemos.
¡Muchas gracias!