Por Álvaro Ortiz
MÉXICO, 9 de marzo.- La diputada federal Anahí González Hernández informó que su iniciativa que reforma el Código Penal Federal, a efecto de aumentar la pena contra quienes infieran lesiones con ácido a otras personas fue aprobada por unanimidad de 453 votos en la Cámara baja, el dictamen ya se turnó al Senado por lo que, de esta manera, lo que antes era considerado una agresión simple, ahora será delito grave de hasta 15 años de cárcel y hasta como tentativa de feminicidio.
En un comunicado la legisladora federal integrante de la Comisión de Igualdad de Género, dijo que de esta manera se aumentó la pena contra quienes cometen este tipo de delito de agredir con peligrosas substancias corrosivas que causan destrucción visible o alteraciones irreversibles en el tejido vivo por reacción química en el sitio de contacto.
Cuando se afecte la cara, cuello, brazo, mano u órganos sexuales la pena aumentará. El dictamen que adiciona diversas disposiciones al Código Penal Federal y a la Ley Federal de Víctimas ya se envió al Senado.
González Hernández observó que es lamentable que en México no exista un banco de datos de las mujeres atacadas con ácido. Algunas cifras indican que son al menos 3 mil 354 mujeres las que han sido víctimas de dichos crímenes durante los últimos 12 años y la mayoría cometida por hombres. “Es momento en que las mujeres vivamos libres y sin miedo, y que se cumplan las demandas de justicia”, agregó.
Se trata de un delito que desgarra el alma de las víctimas, que les hacen perder la operatividad de algún órgano como el de la vista o la capacidad de sus músculos faciales o tendones, exponiéndolas a la discriminación social y laboral por el resto de sus vidas; después de la agresión, sufren costosas, interminables y dolorosas operaciones, sin dejar de lado el daño mental y que, de un momento a otro sienten como les amputan el espíritu, cambiando su vida y la de sus familiares.
Desde la más alta tribuna del país Anahí González les dice a quienes han sido víctimas de este delito que les ha escuchado y va a luchar desde el espíritu legislativo para acabar con las lagunas jurídicas, tras las que se ocultan los victimarios y sus cómplices, para que, el Estado vaya contra el odio de género y castigue ejemplarmente, a quienes minimizan la gravedad del daño que infieren a sus víctimas.
El espíritu de la legisladora al reformar el Código Penal Federal, es que quede impreso como un delito grave que sirva de elemento jurídico para que los juzgadores tengan en sus manos la capacidad fundada de imponer penas más severas, aprobando de siete a quince años de prisión y de trescientos a setecientos días de multa, destacando que, cuando la víctima sea una mujer, persona con discapacidad o menor de edad, la pena se aumentará hasta en una mitad, en su mínimo y en su máximo.
El dictamen fue avalado por todas las fuerzas políticas de la Cámara baja, quedó aprobado con la previsión de que, si la lesión o lesiones afectan órganos o funciones vitales, ponen en peligro la vida y/o conllevan hasta la muerte, el delito será encauzado adicionalmente, como tentativa de feminicidio u homicidio según corresponda.
