Mensaje del Gobernador en el banderazo de inicio de obras del Tren Maya tramo Izamal-Cancún
A las niñas, niños y jóvenes mexicanos se les debe enseñar desde la escuela viajar por nuestro país, por su región, para conocerla y aprender a amarla y cuidarla, a reafirmar con orgullo su sentido colectivo de pertenencia y vislumbrar posibilidades económicas para su desarrollo integral con un sentido emprendedor.
Pensemos además en la enorme derrama económica que generaría la movilización de nuestros educandos visitando lugares de incipiente turismo local, activando su economía, difundiendo su cultura, motivando el conocimiento de nuestras regiones. Sin duda sería un elemento adicional de fortalecimiento en la cultura de la paz y la prevención del delito.
Sin duda la construcción del Tren Maya es una herramienta idónea para impulsar el desarrollo regional del sureste de México, del mundo maya, tiene un sentido vinculante e integrador.
Sacbé es una palabra maya que significa camino blanco, era la palabra con la que la antigua civilización maya se refería a las vías cubiertas por piedra blanca, tenían 20 metros de ancho y hasta 300 kilómetros de largo, y conectaban plazas, templos, ciudades entre sí en todo el territorio de lo que hoy conocemos como la península de Yucatán.
Los sacbés más conocidos son los de Chichen Itzá, Uxmal, Izamal, Cobá, Tulum, el de Puerto Morelos. Estamos hablando de cientos de años de conexión entre grandes ciudades, entre personas y comunidades que hoy gracias al inicio de las obras del Tren Maya cobran una nueva dimensión e identidad.
El Tren Maya es mucho más que una obra de infraestructura, en realidad representa un nuevo paradigma, un paradigma de integración económica, desarrollo regional y equidad social.
¿Qué pensarían los grandes arquitectos del mundo maya si supieran que mediante un tren moderno se conectarán Palenque, Chichén, Tulum?, ¿se imaginan las actuales generaciones la experiencia que representa visitar cinco estados de la república que tienen un patrimonio histórico, riquezas naturales y una propuesta cultural únicos en el mundo?
Pensemos en la posibilidad de contar con un recorrido rápido, accesible, seguro y no contaminante entre destinos de clase mundial como Progreso, Holbox, Cancún, Mérida, Bacalar, la conexión entre ciudades milenarias, el recorrido entre estados mexicanos y la posibilidad de convivir en paraísos naturales.
En Quintana Roo nos sentimos profundamente orgullosos de nuestras raíces, honrando el legado de nuestros antepasados. Esta generación esta llamada a construir un mundo de desarrollo compartido, de justicia y esperanza.
Detonar el sureste mexicano es una tarea urgente en la misión de abatir la desigualdad que existe en nuestro país. Una mujer mexicana, un empresario chiapaneco o un joven quintanarroense deben de tener las mismas oportunidades de salir adelante que cualquier persona que viva en el centro o norte del país.
Construir un piso mínimo de dignidad en materia de alimentación, salud, educación, seguridad e infraestructura es un reto fundamental en el objetivo de contar con más y mejores oportunidades para todos. A partir de este piso de dignidad deberá ser el esfuerzo y el mérito individual y colectivo lo que le permita cada persona y cada comunidad desarrollar su talento y progresar.
En este contexto, el hecho de que casi la mitad de las estaciones del Tren Maya se encuentran en Quintana Roo es un reflejo de la riqueza natural histórica y turística de nuestro estado, y una muestra de su compromiso, señor presidente, para construir una patria más justa.
El Tren Maya nos permitirá estar más cerca de lo que somos y de lo que jamás deberemos abandonar, que potencie la posibilidad de atraer un turismo con mayor capacidad de gasto y con un perfil del visitante más orientado al ecoturismo y al turismo cultural y rural, impulsando el trabajo de muchas comunidades que bien pueden emprender proyectos turísticos, productivos, que generen bienes y servicios a sus potenciales visitantes, pero sin perder su razón de ser, con su propia visión de bienestar, promoviendo que la derrama económica distribuya los beneficios a toda la cadena productiva.
El tren seguramente no tendrá el mismo impacto en los diferentes lugares ni tendrá los mismos requerimientos para el desarrollo. Debemos generar la mezcla exacta para cada lugar. Es claro que un programa como Sembrando Vida va a tener un impacto mucho mayor en la zona maya que la zona de bacalar o en Cancún, o que los créditos que se pongan a disposición de las micro y pequeñas empresas deben tener una apertura y tiempos diferenciados, atendiendo a la dinámica productiva y llegada de visitantes con los que se cuenta.
El tren moverá mucho más que mercancías y personas, con este podemos generar desarrollo, revalorizar la cultura y poner en valor los recursos naturales, pero eso supone la integración y participación activa de todos.
Señor presidente:
Aunado a la esperanza que significa este magno proyecto, es indispensable que sigamos todos avanzando. La atención de la pandemia del coronavirus ha implicado inversión importante que prácticamente cancela posibilidades de impulsar otros proyectos de infraestructura indispensables para atender nuestros rezagos y retos. Por eso nos da mucho gusto la construcción y el inicio de las obras de este tren que estoy seguro será muy importante para la región y para México.
Hoy más que nunca hacer patria significa hacerle justicia al sur sureste de México. La construcción del Tren Maya es un paso firme en el cumplimiento de este objetivo, que los quintanarroenses celebramos, apreciamos y apoyamos.